Después de la lluvia vuelve a resurgir el verde olor del campo,
imaginado en las aceras de estos surcos de cemento,
explorados con nostalgia, desolados sin tus ansias.
Los recorro pasto a pasto escoltada por el alba,
esperando a mis espaldas reconquistes la pasión.
Muero poseída por tus manos decididas,
por tu aliento de cenizas, displicente corazón.
Exhalo magnetismo bajo el timón de esa carroza
que deshojó tantos arbustos al cambiar de dirección.
Quiero volver a esos caminos, poblarlos de tu adiós,
desviarme al verde-verde, que de aromas me atrapó.
Milena García Balza
sábado, 13 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario